«El libro de los bretones» nació a raíz de un códice en latín, que el autor encontró en unas ruinas de un monasterio. Lo fue traduciendo y descubrió l llegada al Valle del Esla del pueblo bretón, que había venido de la Gran Bretaña y había desembarcado en las costas de Lugo, donde fundaron el obispado de Britannia. Para este trabajo, Marcelino García Romero, usó el seudónimo de Mailoc Gwenc y si se lee atentamente se pueden identificar muchos lugares que hay alrededor del Monasterio de Moreruela y del Puente de Quintos.